viernes, 29 de noviembre de 2013
lunes, 21 de octubre de 2013
Investigación sobre Sebastián Salgado y James Nachtwey
Investigación
sobre Sebastián Salgado
Sebastián Salgado es un fotógrafo
brasileño, nació el 8 de febrero de 1944 en Aymorés, licenciado en Ciencias
Económicas, completando dos masters (en Brasil y Estados Unidos) y doctorándose
en la Universidad de París. Trabajó en el Ministerio de Finanzas de Brasil y en
la sede londinense de la Organización Nacional del Café, y fue en Europa donde
descubrió su interés por la fotografía, abandonando sus ocupaciones anteriores
convirtiéndose, en palabras de algunos "en el artista que mejor ha
retratado la condición humana en este siglo". Se radicó en París.
Puede demorar años hasta ver
concluido un trabajo. Viaja continuamente fotografiando los más diversos
lugares del mundo. Miembro de la agencia Magnum desde 1979, desarrolló un
ensayo fotográfico mostrando las condiciones de esclavitud en las que son
explotados los trabajadores de las minas de oro de Sierra Pelada, Brasil. Estas
imágenes recorrieron el mundo y forman
parte de la historia de la fotografía universal. En el año 1994 presentó una
exposición de 250 fotografías en el museo de Arte Moderno de Río de Janeiro.
Inmortalizó tuaregs, tribus
indígenas, mineros del azufre en Indonesia, obreros del sur del Kazajstán. Sus
fotos más importantes se encuentran en los libros Tierra y Trabajadores:
"Nómades atravesando o Lago Faguibim, resecado", Mali (1985);
"Refugiados da Seca", Chad (1985); "Refugiados en marcha para o
Sudão" (1985); "Mina de oro de Serra Pelada", Brasil (1986);
"Franceses na Indochina", (1987); "Familia de Mineiro de
Carvão", India (1989); "Guerra do Golfo", Kuwait (1991); y
"Sem Terra toma pose da fazenda Giacometti", Paraná (1996).
Al final, Recibió el Premio
internacional de la Fundación Hasselblad.
James
Nachtwey
Nació en Nueva York, 1948,
es un influyente fotógrafo de guerra estadounidense.se formó en Historia del
Arte y Ciencias Políticas. Influenciado por las imágenes de la Guerra de
Vietnam y del Movimiento por los derechos civiles de los afroamericanos,
decidió hacerse fotógrafo. Trabajó a bordo de navíos de la marina mercante y,
mientras aprendía a fotografiar, trabajó como interino en la de edición de
películas documentales y como camionero.
En 1976 comenzó a trabajar como fotógrafo de
periódicos en Nuevo México y, en 1980, se mudó a Nueva York para dar inicio a
una carrera como fotógrafo freelance para revistas. Su primer trabajo como
fotógrafo internacional fue la cobertura del movimiento civil en Irlanda del
Norte en 1981 durante la huelga de hambre protagonizada por miembros del IRA y
del INLA. Desde entonces, James Nachtwey se ha dedicado a documentar guerras,
conflictos y situaciones sociales precarias.
Desde 1984 es fotógrafo de
la revista Time. Estuvo asociado a Black Star de 1980 a 1985 y fue miembro de
la agencia Magnum de 1986 a 2001. En este año participó en la fundación de la
agencia de fotografía VII Photo Agency.
James Nachtwey es uno de los
reporteros gráficos especializados en conflictos más famosos. Su talento y, por
qué no decirlo, su valentía, le han llevado a cubrir guerras y situaciones
terribles por todo el planeta desde los primeros años 80.
‘War Photographer’ es una
estupenda película en la que se recoge el trabajo, la forma de trabajar y la
visión de Nachtwey acerca de su profesión y de las situaciones que fotografía.
“…se mataban cara a cara.
Simplemente no puedo entender cómo las personas nos podemos hacer eso los unos
a los otros. Lo que puede inspirar tanto miedo y tanto odio está más allá de mi
entendimiento…”
En la película se intercalan
fotos comentadas por Nachtwey, testimonios de sus compañeros de profesión y, lo
más interesante, opiniones personales de Nachtwey acerca de las situaciones en
las que trabaja y de las personas que fotografía.
Resulta casi conmovedora la
total falta de ego que se desprende de las palabras del fotógrafo
norteamericano. Los planteamientos que hace acerca de las situaciones vividas
son profundamente humanos y siempre parten de la más estricta humildad y el
respeto.
Durante la grabación de la
película, además de las convencionales, se emplearon un par de pequeñas cámaras
subjetivas ancladas a la cámara de Nachtwey. Una de ellas nos muestra la visión
sobre la cámara, desde cerca del visor, dejando ver los dedos de la mano
derecha, por lo que podemos ver cómo dispara y los parámetros que emplea. La
otra cámara está situada más baja que el objetivo y a cierta distancia de él,
por lo que nos muestra un contraplano de Nachtwey tras su cámara.
Todo el metraje es un
reflejo fiel de lo que aparenta ser Nachtwey: un tipo reflexivo, pausado,
elegante e inteligente. Un auténtico gentleman que parece recién salido de la
ducha en cualquier situación.
Una de las cosas que más
llama la atención es el profundo respeto que en todo momento muestra por las
personas que fotografía. Ya sean familias llorando a sus muertos, moribundos,
indigentes o soldados, Nachtwey se aproxima con el máximo respeto, saluda y,
simplemente, hace su trabajo pasando totalmente desapercibido.
Sería impensable en lo que
llamamos ‘vida normal’ entrar en la casa de una familia que está llorando la
muerte de uno de sus seres queridos y pasar un buen rato allí haciendo fotos.
Simplemente nadie lo haría.
Esas fotos nunca podrían
haber llegado a hacerse sin haber sido aceptado por la gente que fotografío. Es
simplemente imposible hacer momentos como esos sin la complicidad de la gente
que fotografías, sin el hecho de haber sido bienvenido, aceptado y de que ellos
quieran que yo esté allí.”
Teoría del momento culminante. Henri Cartier
Por Creystink Guido
Henri
Cartier es el impulsor de la idea de captar el instante decisivo en el ámbito
de la fotografía.
Desde
su infancia le atraía la pintura e imágenes de carácter deportivo publicadas
por las revistas francesas y alemanas de los años 30. A la vez, poseía capacidad
única para capturar el momento efímero en que la importancia del tema se da a
conocer en la forma, el contenido y la expresión. A este fenómeno lo llamó el momento decisivo.
Referente
a su técnica jamás recortó los negativos, se positivaban completos, sin
encuadrar ni cortar nada. Realizó fotografías en prácticamente todo el mundo y
fue el primer fotógrafo en exhibir en el museo del Louvre, en París.
Su
afición como fotógrafo lo llevó a trabajar en grandes periódicos
internacionales y fundó con Robert Capa, David Seymour y George Rodger el grupo “Magnum
photos”.
Su
talento residía en que comprendía fácilmente las cosas y poseía un instinto que
le llevaba a encontrarse siempre en el lugar y momento apropiado para apretar
el disparador cuando la situación alcanzaba el momento culminante, lo que le
llevó a captar algunas de las fotografías más impactantes de la historia. A la
vez, para Henri las fotos debían transmitir la realidad en su esencia.
Cartier
Bresson manifestó esta manera de entender la fotografía con su fotolibro “The Decisive Moment” en el cual
inmortalizó imágenes de gran fuerza y otro de sus libros importantes fue el que
publicó en los años 50: “Imágenes a la Sauvette” que es todo un legado y
compendio del significado, técnica y utilidad fotográfica.
En
sus últimos años de vida y con el fin de preservar el legado de su trabajo crea
junto a su mujer la Fundación Henri Cartier Bresson, en un elegante
taller situado en el barrio parisino Montparnasse, donde además se exhiben
las colecciones de otros fotógrafos y se ha convertido en un espacio de
reflexión para los artistas.
Para
poner una identificación en una perspectiva más completa, se podría agregar que
es probablemente el único foto-reportero que estudió pintura con André Lhote,
el académico más importante del cubismo, o también que relativamente pocas de
sus imágenes están relacionadas con eventos periodísticos en el sentido
tradicional.
También
sus mejores fotografías han sido hechas no por encargo, sino más bien por la
fascinación del mundo a su alrededor.
El mejor trabajo de un fotógrafo es generalmente hecho para él mismo.
El mejor trabajo de un fotógrafo es generalmente hecho para él mismo.
Por
otra parte, sin minimizar el valor de
su trabajo como reportaje, es preciso recalcar que las fotografías de
Cartier-Bresson son reverenciadas por otros fotógrafos porque son esencialmente
bellas. Poseen gracia, equilibrio, sorpresa, economía, tensión y un chispazo
visual.
Esto
no es para sugerir que las fotografías de Cartier-Bresson sean abstracciones.
Surgen de una respuesta a una vida específica; su elocuencia formal es un
tributo a su sentido humano. Si fueran menos que eso, para Cartier-Bresson,
serían soluciones sin problemas.
Bresson
insistió constantemente sobre el hecho de que es imposible aprender el arte de
la fotografía. El tenía talento de comprender rápidamente las cosas y fue así
como consiguió arrancar la realidad al pasado, de reproducir una imagen fiel de
la realidad.
Su
forma de fotografiar sólo se concibe a partir de este postulado. Porque el
instante del que se habla, considerado “decisivo”, lo es únicamente en el
contexto de una situación vivida: para ser comprendido, debe tener una relación
directa con la realidad.
De todas las fotografías y aquellas obras que abundan por el universo Bresson, son muchas las que merecen citarse; toda su obra es un conjunto de acertados disparos, precisas miradas en un momento concreto que hace de su trabajo, un ejemplo de talento y tesón. Siempre al servicio de la fotografía; del arte de fotografiar.
De todas las fotografías y aquellas obras que abundan por el universo Bresson, son muchas las que merecen citarse; toda su obra es un conjunto de acertados disparos, precisas miradas en un momento concreto que hace de su trabajo, un ejemplo de talento y tesón. Siempre al servicio de la fotografía; del arte de fotografiar.
Este
fotógrafo fallece en Agosto del 2004, a sus 95 años de edad.
martes, 8 de octubre de 2013
jueves, 3 de octubre de 2013
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